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¿Quién teme a estos nazis? Por Beatriz Gimeno

Basta que 20 personas pretendan concentrarse para pedir una medicina para la hepatitis C, por ejemplo, o que 250 ancianos se manifiesten para pedir que les devuelvan sus ahorros para que la calle sea tomada por cientos de policías. Basta con que cuatro personas convoquen por las redes una manifestación o concentración pacífica para que toda la calle aparezca llena de "lecheras" intimidantes. Cada vez que yo acudo, ejerciendo un derecho fundamental, a una concentración o manifestación pacífica, me siento intimidada por la policía, que nos acosa, no nos deja movernos y nos rodea. Desde hace años, cada vez que voy a una manifestación siento miedo de la policía.
Y ahora pretenden que nos creamos que no sabían nada de la que se preparaba entre los nazis de un equipo de fútbol y los nazis del otro equipo. Para empezar ya sabemos que los responsables de la policía, Delegación de Gobierno incluida, están mintiendo porque el Comité Federal Territorial del Sindicato Unificado de Policía (SUP) en Galicia ha asegurado que ellos "enviaron en tiempo y forma" la previsión del desplazamiento de los hinchas del Deportivo a Madrid. Así que quienes dicen en nombre de la policía que no sabían nada mienten. También dicen, estos mismos portavoces, que no había ninguna quedada y de nuevo, mienten. El presidente de la Federación de Peñas del Deportivo, Emilio Abelleira, dijo el lunes en Radio Galega que se sabe que llevaban varios días planeando la pelea. Además, un amigo del fallecido, en Radio Voz, dijo que éste le había contado una semana antes que habían quedado por whatsapp. La policía controla las comunicaciones de los violentos y, además, son mucha gente y no son terroristas entrenados en el secreto, la policía sabía que estaban quedando. Así que mienten.
Además, por si fuera poco, las entradas, más de 100, fueron compradas abiertamente por un dirigente del grupo de los violentos del Deportivo. Y todos ellos se subieron a dos autobuses rumbo a Madrid. Y basta ya de decirnos que son hinchas radicales. Son grupos violentos perfectamente organizados que toman el futbol como excusa porque este es un medio en el que les permite exhibir y ejercer su violencia sin dificultades. Son nazis con multitud de delitos a sus espaldas, delitos que no tienen nada que ver con el fútbol. Nos encontramos entonces con dos autobuses repletos de delincuentes violentos, repletos de gente con antecedentes de todo tipo y armados hasta los dientes, que se dirigen a Madrid con la intención de pelearse con otro grupo de delincuentes violentos y también armados. Los autobuses procedentes de A Coruña parecen transportes carcelarios más que deportivos. En su interior viajan personas con antecedentes por daños, lesiones, robo, robo con fuerza, robo con intimidación, amenazas, atentado contra la autoridad y falsificación de moneda. Así que lo que parece un grupo organizado de delincuentes violentos compra abiertamente unas entradas, alquila abiertamente dos autobuses, quedan entre ellos por las redes sociales, se suben a los vehículos a cara descubierta y se van para Madrid a encontrarse con otra panda de delincuentes. La policía coruñesa avisa y la policía de Madrid desparece.
Y por si no lo tuviéramos claro, hemos visto las imágenes grabadas con teléfonos móviles por varios vecinos de la Ribera del Manzanares. Lo que se ve es que hay más de 100 personas corriendo unas contra otras, peleándose violentamente; se ven palizas terribles y se ve que hay grupos que lanzan al agua a distintas personas; se ve a gente corriendo en medio del humo de las bengalas y se escucha a una de las vecinas que graba con su móvil decir: "¿dónde está la policía?". Porque, efectivamente, lo único claro de todas las imágenes es que no hay policía por ningún lado. Se ve a los bomberos, al Samur, se ve a los nazis y se ve la calle en medio de una batalla campal. No se ve a un solo policía.
La gente que nos manifestamos a menudo por Madrid ya sabemos lo poco que tarda la policía en llegar si se nos ocurre concentrarnos para cualquier causa justa y pacífica. Y sabemos lo que tarde en empujarnos, asustarnos e intimidarnos. ¿Dónde estaba la policía cuando en la Ribera del Manzanares se estaba desarrollando una batalla campal entre ultras violentos que acabó con un muerto? No me creo que no lo supieran, claro que lo sabían. Y desde luego es inexplicable que les dejaran matarse. Es inexplicable a no ser que pensemos en otras explicaciones, como que la policía minimiza la violencia fascista y no tiene especial interés en desarticular a estos grupos porque no les considera peligrosos ni les da importancia; o mucho peor aún, porque en realidad los mandos de la policía consideran que estos grupos no sólo no son antisistema, sino que son prosistema, excrecencias de su propio sistema; pero suyo, al fin y al cabo. Ya saben, "son unos hijos de puta pero son nuestros hijos de puta". Esto lo que debe pensar el PP más o menos.

Beatriz Gimeno Activista social, feminista, por la diversidad sexual y por los derechos de las personas con discapacidad. Ha publicado dos libros de relatos, dos novelas, tres ensayos y dos poemarios. Escribe habitualmente en elplural.com, elciudadano.cl, pikaramagazine.com o eldiario.es, así como en otros periódicos y revistas.
* Crónica agradece a la autora poder compartir sus opiniones con. Nuestros lectores
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