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De aquellos polvos, estos lodos ¿De que se extrañan?


Cuando el 26 de Septiembre de 2014 publique el artículo que a continuación reproduzco, habían ya comenzado los atentados de carácter religioso islámico en Europa. Trate de explicar las causas del auge del yihadismo radicalizado y del islam más eréticamente -según muchos imames- violento y sectario. No pretendía justificarlo, ni menos asimilarlo a religión de paz, caridad y unión con dios, así como cultural y totalizadora que es el Islam. Si denunciaba la profunda profunda raíz reaccionaria anticomunista y antisocialista de sus sectas más rigoristas y que sabiéndolo o no -seguramente no- apoyaba los intereses de las potencias centrales e imperialistas en la zona y como no, al estado de Israel.

La guerra en Siria fue un revulsivo necesario y esta guerra fue azuzada por Arabia Saudita y otras monarquías teocráticas del del Golfo. Pero sobre todo por EE.UU y la propia Francia -antigua potencia colonial, tras el engaño traidor a las tribus árabes que combatieron contra el imperio turco en la I Guerra Mundial- que con el apoyo logístico de Turquía que no olvidemos tiene un gobierno pro-occidental de carácter islamista moderado -una especie de democracia cristiana, vía turca-, han estado suministrando armas y equipos a las guerrillas islamistas radicalizadas, hasta que estas crean el Estado Islámico y se hacen con el control de parte de Irak y de la propia Siria, amenazando a Libano e incluso a Turquía.
El atentado del miércoles 7 de Enero en París, se hace contra una revista en clave de humor, muy progresista y librepensadora, con la cual me solidarizo. No es una publicación reaccionaria, ni derechista, ni religiosa cristiana. No. Es contra el progresismo, con el que los islamistas sectarios llevan décadas luchando, al igual que hacen los sectores muy conservadores cristianos tanto protestantes fundamentalistas como católicos reaccionarios.

Las potencias centrales han favorecido unas tendencias radicalizadas del islam sunita y ahora tras haberles apoyado en Siria en su guerra contra el partido Baas y los Assad, deben sufrir en su territorio un leve reflejo de lo que diariamente se sufre en Palestina, Siria, Irak. Aniquilado a sangre y fuego el laicismo politico y progresista árabe por parte de Occidente e Israel, ahora solo queda el radicalismo religioso, para combatir la frustración, el engaño y el saqueo de los pueblos de del Oriente próximo.

Situemos el problema: El sistema-mundo en crsis o la excusa del islamismo radical

Cuando en los años cincuenta y sesenta del siglo XX surgió el nacionalismo y el pan-socialismo árabe, teñido de antiimperialismo o al menos de lo que hoy conocemos como multilateralismo o "tercerismo" en el lenguaje político de la época, fraguado en las luchas anti-coloniales y espoleado por la creación del estado de Israel, los EE.UU, Gran Bretaña, Francia y el propio Israel comenzaron un largo y duro trabajo para eliminar esta amenaza a sus intereses neocoloniales o de dominio.
El ya mítico FLN-Frente Nacional de Liberación- de la independencia de Argelia o la Unión Nacional de Fuerzas Populares de Marruecos también forjada en la lucha frente a los franceses. El Destur original tunecino. El Baas o Partido Socialista Árabe del Renacimiento de Siria e Irak. La figura clave en la construcción del socialismo árabe Gamal Abdel Nasser el líder de la revolución egipcia, Así como la irrupción de la OLP y las fracciones palestinas socialistas y marxistas más radicalizadas, todos ellos laicos aunque muy respetuosos con el Islam, fue para los árabes el inicio de su modernización entrando en el siglo XX de manos de un marxismo moderado, un modelo socialista propio y una posición política independiente cuando no hostil hacía sus antiguos colonizadores. Era el renacimiento como llevaba el Baas por bandera. Era la búsqueda de la unidad árabe por primera vez, desde las ideas de igualdad, transformación, creación del estado social, en lugar de la caridad religiosa y era la conquista de sus materias primas y energéticas en lugar del Califato de Estambul y de las antiguas colonias. Era la defensa de las fronteras palestinas diseñadas por la ONU y sistemáticamente violadas por el estado racial y religioso de Israel. Occidente judeo-cristiano y la guerra fría no podían consentir el nacionalismo popular y soberanista de la nación árabe.
Una anécdota: "Cuando a finales de los años cuarenta y principios de los cincuenta del siglo XX, la España franquista inició una campaña reivindicando Gibraltar español –ciertamente, lo es. Es una colonia del decadente Imperio Británico y una base militar extranjera- se hicieron muchas manifestaciones estudiantiles propiciadas por el SEU el sindicato estudiantil falangista y la propia estructura juvenil de FET y de las JONS el partido fascista del régimen. Las algaradas ante la embajada británica eran frecuentes, En una de ellas el ministro de la gobernación –el de interior- le llamo al embajador preguntándole si enviaba la Policía Armada-era como se llamaba la actual Policía Nacional- a disolver la manifestación, a lo que el embajador británico le respondió "Mejor no me mande los estudiantes". Pues bien, eso es lo que ha ocurrido en una parte importante del mundo árabe, las potencias centrales, la CIA y el MOSSAD han creado la manifestación yihadista". Las milicias islámicas radicales de todo tipo y ahora envían a la Policía Armada, es decir sus drones, aviones y misiles a disolver a sus criaturas del emirato o antes de Al Quaeda. Criaturas que con su acción favorecen los intereses del Imperio central y occidental, así como de su hijo Israel, pero que a su vez reflejan la frustración y desesperanza de la nación árabe, engañada, ninguneada y utilizada al menos de forma descarada desde 1918 al final de la I Guerra mundial.

El socialismo árabe tras la temprana muerte de Nasser, sufrió desde golpes de estado, cercos económicos, agresiones militares a su propia crisis de valores o la llegada de la corrupción, cuando no la traición o la usurpación de su legado por personajes autoritarios y militaristas. Pero que sin embargo siguieron siendo laicos y respetuosos con las importantes minorías cristianas de Irak, Siria, Palestina y el propio Egipto. Cristianos árabes que apostaron muchos de ellos por el apoyo a estos partidos que eran laicistas y progresistas. Cierto es que se cometieron errores, pero las mujeres circulaban libremente sin pañuelos ni velos por las calles, maquilladas si era su deseo, vestidas como consideraban oportuno y comenzaron a ir a la universidad. Apareció la sanidad e instrucción pública y se crearon infraestructuras como la presa egipcia de Asuán o el potente sistema sanitario público iraquí hoy destruido.

Pero ilegalizaron a los hermanos musulmanes y muchas cofradías religiosas musulmanas fueron perseguidas. También en algunos de esos países se reprimió el chiismo, que sin embargo gobernó y gobierna en Siria,- no solo en el actual Irán-, sindo en esos momentos –Irán- era el aliado fundamental de los EE.UU en la zona.Hablamos de los años cincuenta,sesenta y setenta del siglo pasado.
La guerra fría y la alianza estratégica de muchos de estos regímenes con la Unión Soviética –la Rusia y Repúblicas de su influencia de la extinta URSS- así como sus derrotas militares frente a un agresivo y conquistador estado de Israel, minaron el nacionalismo pan-árabe. La invasión soviética de Afganistán, marcó un antes y un después. En esos momentos, ante la revolución iraní y la presencia militar soviética en Afganistán, los EE.UU fraguan una sólida alianza con las monarquías corruptas y ultra-religiosas árabes del Golfo, Jordania o Marruecos en el Magreb, que siendo rigurosos partía de décadas anteriores. Frente al socialismo o nacionalismo popular árabe, se potencia un islamismo rigorista, reaccionario, financiado por los sauditas y otros aliados de la región y se crean, arman hasta con misiles de última generación de la época a las guerrillas islámicas, los movimientos de un Islam anti-comunista y anti-socialista, anti-progresista con una lectura del Libro, más que discutible hasta el momento e influenciado por un Islam asiático, muy riguroso que además considera el diablo, todo lo que previamente han construido los socialistas pan-arabistas y/o los regímenes aliados de la URSS. Frente a antiimperialismo, religión. En esa operación la CIA y los servicios secretos de Israel juegan un importantísimo papel.

De aquellos polvos, estos lodos. Liquidado el socialismo árabe, el nasserismo, solo queda la religión como esperanza y la caridad como sistema de protección social. Cierto que, también desde el islamismo surgen tendencias anti-imperialistas y soberanistas árabes o persas, sobre todo en Líbano, Irán o el Hamas palestino, que propiciara el Mossad y que ahora tan caro le cuesta.
Occidente, la OTAN, los EE.UU lo que tratan de controlar no es a regímenes crueles y opresores, pues las monarquías del Golfo lo son. Lo que se trata de controlar son las rutas de abastecimiento de crudo y cercar militarmente por su interior a Rusia y China.
Rusia lleva años advirtiendo del peligro del yihadismo radical. Denunciado su apoyo occidental y al mismo tiempo reprimiéndolo con mucha dureza en el interior de sus fronteras, en el Cáucaso y/o a los islamistas chechenos.

La pregunta que todas y todos nos hacemos es ¿Cómo la mayor potencia militar del mundo-por ahora-no ha detectado la formación de un ejército –el del Emirato- en una zona desértica en el centro de Irak? Además ¿Cómo es que todo el armamento que porta el Emirato es de fabricación occidental o de sus aliados?
Siria ha sido envuelta en una cruel guerra civil, cruel por ambas partes, pero en la que los aliados de los EE.UU y las monarquías del Golfo o la civilizada Francia, son mayoritariamente, las mismas milicias que han fundado el Emirato. El Levante al que en su nombre se refieren, los hasta ahora aliados de los EE.UU son los estados de Líbano, Siria e Irak, mucho ojo. Es decir se pretende construir un estado teocrático entre Irak, Siria, Líbano y parte de Turquía. Pero ese sueño ha tenido padres, impulsores como Arabia Saudita, los emiratos del golfo y los EE.UU e Israel.

La frustración árabe y la ausencia de valores diferentes al islam o modernizadores del mismo en estos países, así como la eliminación incluso física de la mayor parte del socialismo árabe, provocan que ahora el yihadismo sea la última esperanza de unos pueblos saqueados y engañados, volviéndose contra sus antiguos padrinos. Ahora el diablo ya no es el comunismo o la Unión Soviética o el socialismo nasserista, ahora el diablo son los EE.UU y Occidente.

La realidad final es que todo esto no es sino el tablero bélico con el que el capitalismo de las potencias centrales, con los EE.UU a la cabeza tratan de mantener y acumular riquezas. Controlar el mundo para disponer de reservas de crudo y de paso impedir que los estados emergentes se repartan la riqueza mundial. Es una forma de combatir la crisis del capitalismo de las potencias centrales mediante la guerra. Asustar a las poblaciones europeas y norteamericanas y entretenerlas con nuevos enemigos de forma que no descubran que el verdadero enemigo es el sistema, son los detentadores de la riqueza, la globalización neoliberal.
La lenta decadencia de los EE.UU según señala Immanuel Wallerstein. Los problemas cada vez más graves del dólar muy cuestionado por los BRICS emergentes y que comienzan a utilizar nuevas monedas. Las crisis constantes de la zona euro y la UE que continuamente cae cuando parce que va a levantarse, provocadas por sus suicidas políticas de austeridad y recortes. La crisis de Ucrania y las agresiones criminales del estado de Israel contra el pueblo palestino. Todo ello, no es sino la manifestación de un mundo que de forma inexorable se está reordenando y por ello la OTAN y sus aliados se enfrascan en guerras locales, con la excusa de exportar la democracia a tiros.

Será para peor o para mejor si logramos que los principios del sentimiento Portoalegre se abran paso y el reparto y la justicia, construyan la paz mundial. Pero el mundo está cambiando. En estos momentos, al capitalismo no le interesa la paz. En estos momentos los capitalistas para seguir acumulando necesitan menos democracia, nada de reparto e invasiones y bombardeos que garanticen su control de las rutas comerciales estratégicas y los oleoductos.

Carlos Martinez, politólogo y primer secretario de Alternativa Socialista y mimebro de ATTAC
 
 
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