Viendo a Cospedal no he podido más que acordarme de la santa indignación de Camps cuando comenzó aquello, que no fue lo de los trajes, sino que fue el principio de la Gürtel, es decir, de todo lo que finalmente no ha podido mantenerse en las cloacas por más tiempo. La mierda no puede ocultarse siempre porque tarde o temprano se huele. Ahí está esa Cospedal, ahí están todos, aguantando mal que bien sus respectivas velas. Llegó la secretaria general con un cabreo impresionante, una indignación superlativa, contra el mundo se supone; contra los que se atreven a decir que huele mal, que el hedor es insoportable, que no podemos vivir. Lo negó todo, todo, todo. Nada, no saben nada, no les consta en absoluto, los papeles son falsos, Bárcenas no es del PP, si fue del PP fue por casualidad, allí ni le conocen, y ahora ellos se van a querellar contra todos y además van a jurar esto mismo: que todo es mentira, mentira, mentira. Y la culpa la tiene alguien que intenta boicotear esos brotes verdes que son tan evidentes que cada vez hay más gente que va a tener que comérselos por no tener otra cosa. Ahora que las cosas empezaban a ir bien el mundo entero conspira contra ellos. Ya es mala suerte. Así que los que nos arruinan mediante impuestos injustos, los que nos hacen pagar por derechos básicos que deberían ser públicos y gratuitos, los que nos rebajan los sueldos y las pensiones, suben las medicinas y nos cierran las urgencias, debían tener unos sueldos que les parecían bajísimos y necesitaban un plus; un plus que lo mismo eran unos trajes para Mariano que un sobresueldo, a saber si declarado, a Hacienda.
Siempre hay unos constructores a mano o un dueño de supermercados dispuestos a dar esos pluses a cambio de unos cuantos contratos públicos. Son esos señores que después nos dicen que hay que trabajar más y ganar menos y que tenemos que parecernos a los chinos. Y nos parecemos mucho, en realidad. Ahora nos enteramos (¡¡¡menuda sorpresa!!!) de que los que pagaban esos sobres para que la cúpula del PP pudiera tener un sueldo digno son algunos de los que luego se han quedado con la sanidad en Madrid, qué cosas. Lo dicho, estamos como en China; al menos estamos a su mismo nivel de corrupción. Nos diferencia que allí, de vez en cuando, fusilan a unos cuantos, cosa que no estoy reivindicando ni mucho menos. Pero entre el correr y el andar está el paso ligero. No quiero que fusilen a nadie, me bastaría con ver a alguien en la cárcel alguna vez. En vez de eso aquí vemos a Bárcenas en Baqueira dándose la vida padre gracias, se supone, al chantaje al que ha tenido sometido al partido que nos gobierna y que le ha hecho una ley a medida para que pueda estar esquiando sin que ninguna preocupación le abrume y con su fortuna ya bien legalizada/blanqueada.
Los medios hacen su trabajo y Cospedal anuncia que se van a querellar contra los medios de comunicación que informen porque son unos delincuentes y los diputados que les preguntan son unos ruines y Montoro no entiende cómo se puede llegar tan lejos de ruindad. Porque ya lo dijo Rajoy cuando comenzó lo de Gürtel, “Hay una conspiración contra el PP”; ahora Cospedal también afirma que el PP se siente atacado. ¿Por quién? Está claro. Conspira contra el PP el 15M que pide democracia y derechos y que protesta por la degradación de la democracia; ya ha dicho la delegada del gobierno en Madrid que esos son unos delincuentes. Los que acuden a las manifestaciones lo son sin duda y, por eso, multa y cárcel. Y los médicos que hacen huelga, y las profesoras y las juezas y los fiscales, los bomberos o empleados del metro, todos delincuentes y todos conspirando contra el PP. Los fotógrafos que hacen su trabajo, delincuentes también y multa y cárcel. Los que escriben según qué cosas en las redes sociales, multa y cárcel. Los que roban para comer, delincuentes, multa y cárcel. Estamos en un país llenito hasta los topes de delincuentes que conspiramos contra el PP y en el que las únicas personas honradas son aquellas a las que el gobierno indulta de algún delito, bien sea fiscal, económico o de tráfico…ah, y por torturas también, se me olvidaba. Los indultados y ellos, naturalmente, todo el que tiene su casa en Génova es inocente también de todo. Todo es mentira y todo es una conspiración de todo el mundo contra ellos. Somos tantos que no me extraña que se vayan viendo cercados. Ahora sólo falta que lo asuman y dimitan.
Beatriz Gimeno es escritora y expresidenta de la FELGT (Federación Española de Lesbianas, Gays y Transexuales)
* Crónica agradece al autora su decisión de compartir todos sus artículos con nuestos lectores
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