La foto no puede ser más simbólica. Nos muestra una oficina de empleo con dos personas en su exterior. Una nítida, la otra desdibujada hasta casi su desaparición. La instantánea ilustra una exclusiva de la Cadena SER: “Madrid insta a las oficinas de Empleo a contratar primero a los que cobran la prestación”. Han tenido acceso
a un documento con nuevas instrucciones impuestas por la Comunidad presidida por Ignacio González para repartir los escasos puestos de trabajo de los que disponen a personas que cobran el paro. Y preferentemente si tienen entre 20 y 45 años y poseen estudios de bachiller superior como mínimo.
Son evidentes sus intenciones: se “ahorran” el pago del subsidio. Pero también, en esta inhóspita jungla en la que han convertido los países como no ceso de repetir, discriminan a los más débiles. Estamos hablando de políticos que, además de su sueldo, cobran en muchos casos un complemento bajo mano. Ya lo han confirmado el presidente del Senado, Pío García Escudero, que se llevaba –en el tiempo investigado- 4.200 euros mensuales más de lo que le correspondía. O el diputado Eugenio Nasarre al que le correspondían 1.800 y que entendía que pagar aparte era práctica generalizada en el partido popular. Dado que, forzado por la investigación, el PP admitió que el 95% del dinero para su funcionamiento es público, estamos costeando entre todos estas regalías. Pero los parados no tienen derecho… ni a atrabajo, para que el PP intente cuadrar esas cuentas ficticias que con tanto desparpajo pregonan como signos positivos.
6.202.700 personas buscan empleo y no lo encuentran. De ellas, más de la mitad son de larga duración: 3.206.500. Desde 2007 los parados en esta situación han pasado del 20,8% al 51,6% del total. Actualmente, casi dos millones llevan más de dos años fuera de la vida laboral y ya no cobran nada. El PP los ha sentenciado a que ni siquiera cuenten entre los que optan a trabajo. Dada la escasez es preferible, insistamos, darlo a quienes pagan prestación para obtener unos euros… que entregaremos a pagar a los especuladores la deuda que crece y crece como jamás lo hizo, a pesar de los recortes, por la pésima gestión.
Los parados están en proceso de borrado, transparentes, desintegrados. Pero tras cada uno de ellos hay un ser humano con anhelos y desdichas que no tiene culpa alguna de su desgracia. El viento de la historia habrá de poner en su lugar a los responsables de esta siniestra época. El culpable directo de la directriz que denuncia la Cadena SER es Ignacio González, el presidente que nos dejó en herencia Esperanza Aguirre. Ayer se dio un baño de amor de partido como señala en portada uno de los diarios amigos: ABC. Esta troupe y algunos más son una piña, más o menos avenida en sus ansias de poder, que –por el momento- opera con total impunidad. Así de felices se les ve.
* Rosa Maria Artal es periodista y escritora muy conocida en su época de Informe Semanal * Autora del libro Salmones contra percebes
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