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¡Viva la República! por Beatriz Gimeno

Las palabras del portavoz adjunto del PP en el Congreso, Rafael Hernando, equiparando la República y la dictadura pueden deberse a varias cosas. Una, que el hombre sea un ignorante palmario. Dos, que el hombre sea un fascista él mismo y tres que se trate de una estrategia calculada. Yo creo que habrá un poco de todo. Casi todos los líderes del Partido Popular son un ejemplo de ignorancia y de mediocridad intelectual; además, el partido es sentimentalmente franquista, en absoluto demócrata. Pero por último, estoy convencida de que el Partido Popular tiene interés político en “desdramatizar” el franquismo como parte de su estrategia política y social amoral. Acabar con cualquier planteamiento ético es parte de su ideología. Al neoliberalismo, profundamente inmoral, le interesa, naturalmente, que la gente deje de pensar en términos de ética social, política o simplemente personal. Para el PP nada es intrínsecamente bueno o malo: malo es aquello contrario a sus intereses y bueno todo aquello que los favorece. Y les importa que la sociedad piense y actúe en estos términos. No olvidemos que siempre han sido enemigos de cualquier asignatura que trate de enseñar a los alumnos ciudadanía o ética y que siempre han querido sustituirlas por cualquier cosa que hable de ganar dinero.

En ese sentido, para ellos, la dictadura no es peor que la democracia sino, si acaso, no está de moda, pero si la democracia amenaza con acabar con sus privilegios, o con provocar un cambio constitucional o un cambio de régimen, no se andarán con remilgos democráticos (el golpe contra el gobierno e izquierdas en la Comunidad de Madrid está muy cerquita) ; la democracia es más práctica que la dictadura y tiene mejor prensa si la controlan ellos pero la dictadura tiene sus cosas buenas, fundamentalmente una: acabó con una democracia que amenazaba radicalmente sus intereses de clase. Ahora que lo controlan todo y que se pueden permitir gobernar como les gusta, con un desprecio absoluto al Parlamento y a las instituciones, pretenden también acabar con esa “mala fama” que tiene el franquismo. Igualarlo con la República es parte de su estrategia. Mientras nos inundan, poco a poco, de “chiquilladas” franquistas, avanzan en la criminalización, comenzada hace tiempo, de los símbolos republicanos.

Porque la República no es sólo un momento histórico, una democracia acabada con un golpe militar que dio paso a una guerra y a una dictadura sangrienta. Si lo mejor de la República hubiera sido que era una democracia, una vez recuperada ésta ya estaba la cuestión solventada. Pero la República Española fue, sobre todo, un proyecto ético y un proyecto revolucionario radicalmente democrático y por eso perdura en la añoranza y en la memoria. Con todos sus fallos, ¡cómo no iba a haberlos en un proyecto de tal envergadura!, la II República fue una enorme ilusión colectiva, un punto de luz en la historia más bien negra de este país. La República fue una voluntad colectiva de cambio, de cambio estructural para sentar las bases de una sociedad más justa, más libre, culta, igualitaria y verdaderamente democrática.

El franquismo mató muchas más cosas que la democracia. Y el PP ahora quiete matar muchas más cosas que la justicia o los derechos sociales, el PP quiere matar la memoria, y también cualquier exigencia ética. Por eso vivimos en un país en el que ser franquista no es más que una anécdota pero tener un primo de Bildu te inhabilita casi para todo. ¡Cómo va a molestarle al PP que nadie se declare franquista si el PP de Madrid considera que es loable que su inversor favorito reconozca ser un delincuente! Los inversores y socios del PP son delincuentes, mafiosos, o grupos cuando menos sospechosos (Adelson o el grupo sanitario San Pablo…) porque de presuntos delincuentes está el partido lleno y porque sus políticas no se paran tampoco en consideraciones legales o morales, naturalmente. Para ellos es importante que la población asuma que el sistema es así y que si queremos tener éxito, tenemos que comportarnos así. Hay que ganar dinero a costa de lo que sea y las leyes o la ética son pequeños impedimentos para conseguirlo.

Por eso ahora más que nunca, por lo que significó y por lo que tiene que significar en el futuro yo digo, contra el PP: ¡Viva la República!

Beatriz Gimeno es escritora y expresidenta de la FELGT (Federación Española de Lesbianas, Gays y Transexuales)

* Crónica agradece a la autora su decisión de compartir con nuestros lectores sus opiniones

 

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