Como el artículo de Ángels Martínez Castells me ha encantado y refleja lo que pienso, lo incluyo en sus partes fundamentales y lo enlazo para que lo leáis completo. Solo una salvedad: en mi opinión son todos los miembros del gobierno los coautores de estas leyes y esta involución. En la rueda de prensa del Consejo de Ministros Carlos E. Cue de El País preguntó a la vicepresidenta si se sentía cómoda con esta ley del Aborto y dijo que sí. No hay que olvidar que esta señora se fue a trabajar como segunda de Rajoy nada más parir. Que buena es la conciliación laboral y el papel activo de la mujer y otra cosa es eso. Indican formas de ser. De todos ellos, si no alguno dimitiría. Todos los miembros del Partido Popular, pues, nos recuerdan lo peor de nuestra historia, ese siniestro medioevo al que nos quieren devolver.
Tiempo ya para Ángels… Aquí el texto completo.
Nos han transportado, sin quererlo, a tiempos de Cruzadas contra infieles, a una Edad Media que se cree especialmente fría porque las supersticiones y los prejuicios no dejaban alumbrar ni la ciencia ni la razón. Nos quieren persuadir que la vida es cruel, porque es manifiesta la crueldad de quienes nos gobiernan.
Los ministros del PP, con Gallardón en cabeza y Rajoy sin identificar por Bruselas, se mostraron ayer de nuevo insensibles a los incrementos de enfermedades mentales, a la menor esperanza de vida registrada, a las mayores tasas de suicidio, y fueron con saña a por las mujeres embarazadas que reclaman el derecho a su propio cuerpo: fingiendo horror por lo que dicen es sacrilegio (en quienes no son sus hijas ni pertenecen a su familia), guiñan un ojo a su electorado más reaccionario mientras escupen sobre las mujeres. En un gesto especialmente cruel porque es gratuito, Gallardón promueve una ley machista, clasista y que en si misma es violencia de género. Una ley, además, que atenta contra la salud pública.
Publico nos recuerda que según advertencias hechas por la Organización Mundial de la Salud, el aborto inseguro es una de las cuatro causas principales de mortalidad y morbilidad materna. En la guía para "Aborto sin riesgos" podemos leer:
"Las causas de las muertes maternas son múltiples. Las mujeres mueren como consecuencia de complicaciones del trabajo de parto y del parto que no son reconocidas o que son tratadas inadecuadamente. Mueren de enfermedades tal como la malaria, que se agravan durante el embarazo. Mueren porque algunas complicaciones se desarrollan en etapas tempranas del embarazo, a veces aun antes de que la mujer se entere de su embarazo, como por ejemplo en el caso de un embarazo ectópico, y mueren porque buscan interrumpir embarazos no deseados, pero carecen de acceso a los servicios apropiados. (…) A pesar del notable aumento de uso de anticoncepción en las últimas tres décadas, se estima que 40-50 millones de abortos ocurren anualmente, cerca de la mitad en circunstancias inseguras. Globalmente, alrededor del 13% de todas las muertes maternas se deben a complicaciones de abortos inseguros." Y más adelante añade:"Casi todas las muertes por el aborto inseguro ocurren en países donde el aborto está rigurosamente prohibido por la ley. Cada año, aproximadamente 47.000 mujeres mueren debido a complicaciones del aborto inseguro"
Pues bien, Alberto Ruiz-Gallardón, el ministro de Justicia de este Gobierno que ya se ha convertido en una camarilla indeseable de sospechosos habituales, hace caso omiso de las recomendaciones de la OMS. ¿Por qué debería ser más respetuoso con la salud publica que su compañera de Gabinete, Ana Mato, alias "la ciega del Jaguar"? Ambos se han dejado envolver en los cantos gregorianos de la Conferencia Episcopal y los Foros de los No-dos para restringir la ley del aborto a términos que devuelven a las mujeres a hace más de 30 años. Y aunque ya sé que la responsabilidad fóbica es de Gallardón que en versión desplegable es un meapilas misógino, no puedo por menos que considerar a Ana Mato (que a fin de cuentas cobra por hacer ver que ejerce de Ministra de Sanidad) su cómplice necesaria.
Puede que Gallardón aún se arrepienta de haber incluido el supuesto de violación, (hasta las 12 semanas de gestación), puesto que ya algún cafre ordenado afirma que no se puede concebir si la violación no es consentida, pero bien que se ha ocupado de inventar obstáculos para el supuesto de riesgo de salud física o psicológica de la madre, donde se incluye la malformación fetal siempre y cuando el embrión sea inviable y ello pueda suponer trastornos psicológicos para la gestante. Y todo ello con "consentimiento informado" y permiso paterno si se trata de una menor, y con la opinión de dos equipos médicos diferentes de los que (si se supera la carrera de obstáculos al ejercicio de los derechos de las mujeres) lleguen a practicar la interrupción del embarazo (de preferencia, en la sanidad privada).
(…)
La OMS alerta sobre todas las tácticas dilatorias cuando una mujer ha decidido abortar (pero Gallardón se inventa multiplicar los informes dilatorios previos). La OMS reconoce que no es saludable para la mujer, en muchos casos, tener que pasar por la verguenza de reconocer que ha sido violada para poder abortar. Pero Gallardón insiste en humillarla para demostrarlo. Y Gallardón y Mato saben perfectamente que obligan a llevar a término el embarazo de un feto con malformaciones que después será abandonado a su suerte, sin ninguna atención especial por parte de las autoridades incompetentes.
Vuelven los tiempos de los abortos clandestinos, de los viajes al extranjero (si se puede) para abortar, de que la sensación de pecado y culpa impida vivir, amar, sonreír y sentirse libres. Este Gobierno del PP no nos condena sólo a la precariedad laboral, a contar cada céntimo de euro, a escoger entre comer o medicarnos, a andar por las casas (si aún pueden pagarse) casi a oscuras y ateridas de frío… este Gobierno del PP quiere acabar con nuestrros derechos, nuestra dignidad y que nos podamos despertar cada mañana con una sonrisa. Si ellos no disfrutan de la vida (basta ver la cara de Fernández Díaz o de Soraya Sáez de Santamaría para entenderlo) nadie pueda sentirse feliz por estar vivo. Y en esta cacería a la felicidad, como siempre, los niños y las mujeres, primero.
Gallardón tiene que ser consciente que ni las mujeres (ya muy al límite) ni la ciudadanía responsable, aceptarán esa contrarreforma del aborto. Como gritaban ayer por las calles de toda España: "Recuerda que somos las nietas de las brujas que nunca pudiste quemar".
* Rosa Maria Artal es periodista y escritora, autora del libro Salmones contra Percebes.
* Crónica agradece a la autora, por medio de ATTAC, poder compartir su opinión con nuestros lectores
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