En los tiempos que corren, es lógico tener sentimientos negativos: crisis, falta de ideales, desmotivación, injusticias, corrupción, paro, pobreza,… Nos hemos apretado tanto el cinturón que se nos ha deslizado hasta el cuello,… y nos ahogamos. Y más nos ahoga cuando contemplamos a los que consideramos responsables de esta situación, viven cada día con más soltura y descaro en la total opulencia.
La mayoría, los que estamos sumergidos en esta ciénaga, lo vemos todo negro, sin futuro, sin presente; los que aun pueden subsistir donan alimentos para los más desesperados.
Caminas por las calles abruma la cantidad de carteles de “Se vende”, “Se alquila”, “Se traspasa”, hasta los empleados de restaurantes y tiendas salen a la calle mendigando clientela. El telemárketing bombardeándonos de ofertas de telefonía, tarjetas, promociones, seguros o cuentas sin comisiones. La publicidad ha pasado de los anuncios de detergentes al machaqueo de bancos, aseguradoras y universidades de pago. Mientras piensas, pero si es que no tengo ni un euro de más.
Si te animas a pasear por la contornada, se pierde todo el encanto paisajístico entre los esqueletos de obras inconclusas, viviendas fantasmas y terrenos convertidos en solares.
La mayoría, los que estamos sumergidos en esta ciénaga, lo vemos todo negro, sin futuro, sin presente; los que aun pueden subsistir donan alimentos para los más desesperados.
Caminas por las calles abruma la cantidad de carteles de “Se vende”, “Se alquila”, “Se traspasa”, hasta los empleados de restaurantes y tiendas salen a la calle mendigando clientela. El telemárketing bombardeándonos de ofertas de telefonía, tarjetas, promociones, seguros o cuentas sin comisiones. La publicidad ha pasado de los anuncios de detergentes al machaqueo de bancos, aseguradoras y universidades de pago. Mientras piensas, pero si es que no tengo ni un euro de más.Si te animas a pasear por la contornada, se pierde todo el encanto paisajístico entre los esqueletos de obras inconclusas, viviendas fantasmas y terrenos convertidos en solares.
Muchas personas viven acompañadas de una depresión o trastornos de ansiedad, de las cuales no se pueden desprender porque no se pueden permitir profesionales de pago y el acceso a los públicos cada vez está más complicado y el dinero es más preciso para un paquete de arroz que para fármacos que no resuelven nada.
Algunas personas bienintencionadas, nos pasan sus mensajes optimistas, de felicidad, amor, pensamiento positivo, mensajes divinos o mantas espirituales. Otros son de lucha, rebelión o insumisión. Y no digo que esto esté mal, sino, todo lo contrario. Mucho peor es agachar la cabeza y dejar que carguen sobre nuestras espaldas las vergüenzas de la humanidad.
No hemos de permitir que nadie roben nuestras sonrisas, que nadie cercene nuestra felicidad, porque más allá de estas miserias, el mundo, lo que todavía no hemos acabado de destruir, sigue siendo bello, la vida sigue fluyendo, sigue existiendo el amor, las bellezas naturales e incluso bellezas creadas por el hombre. Eso sí, sin perder nuestra sonrisa, sin perder nuestro optimismo, no debemos de apartar la vista, vigilando a esos pocos que están causando tanto daño, no podemos permitir su impunidad, hemos de pararles los pies hasta conseguir revertir la situación.
Tapémonos los oídos para que sus palabras, como las sirenas de Ulises, nublen nuestras mentes y paralicen nuestra acción. Porque la verdadera felicidad es cuando esta es compartida, es difícil reír en medios de llantos. Pero también es difícil vivir en medio de gritos, será difícil estar en paz cuando se desate la violencia.
Y por más que acallen nuestras voces, sus tímpanos estallaran ante los rugidos de nuestros vientres.
Vicente Gascón García
Los Verdes de L’Eliana.
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Vicente Gascón García
Psicólogo - Sexólogo
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