Parece ser que Jorge Fernández Díaz, el ministro de la Ley Mordaza, de las devoluciones en caliente y de las cuchillas en la valla de Melilla, se reunió con Rodrigo Rato porque estaba preocupado por la seguridad de un presunto delincuente. Rato exigió que no le retiraran el servicio de escoltas que pagamos todos los españoles.
Que un ministro tenga un trato de favor de estas características, con un personaje como Rato que ha perjudicado a tantas familias españolas y que está siendo investigado por los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado por irregularidades importantísimas, contrasta con la Ley Mordaza aprobada por su gobierno en la cual se priva a la ciudadanía de los mínimos exigibles en derechos y libertades.
Esta preocupación por la seguridad de Rato –a costa de todos nosotros, mientras se baña, repetidamente, en todas las playas españolas- choca con la poca disposición del ministro y del ministerio para hacer frente a la lacra de la violencia de género que, durante su mandato, se ha cobrado 200 muertes de mujeres en España, y a la violencia sobre los menores cuando los protocolos para proteger a hijos de víctimas de violencia de género no se aplican.
¿Que este ministro se comporte como el mayordomo de Rato demuestra que el PP tiene una agenda oculta, con décadas de financiación ilegal, que necesitan de un pacto de silencio? Si todo esto no fuera suficiente para pedir la dimisión o el cese de este ministro, Fernández Díaz arrastra una historia macabra de irregularidades y de salidas de tono que nos avergüenzan como demócratas y como individuos humanitarios.
Para conocer más profundamente la idiosincrasia del personaje queremos relatar lo acontecido el pasado 22 de julio. Ese día, se celebra en el Rif la batalla de Annual en la que los rifeños, comandados por Abd el-Krim derrotaron a las fuerzas coloniales españolas de Alfonso XIII. La efeméride se celebra por los jóvenes rifeños como una reivindicación importante. En ese contexto de juvenil algarada, los rifeños se vieron sorprendidos por la presencia de Fernández Díaz, acompañado parece ser que por el cónsul español en Nador, que no dudaron en calificar de provocación. El ministro había acudido por la mañana a la toma de posesión de Juan José Imbroda como presidente de la Ciudad Autónoma de Melilla.
Desde Los Verdes, como el resto de partidos democráticos, pedimos la dimisión de Fernández Díaz -o su destitución- y exigimos el compromiso del próximo gobierno de realizar una investigación a fondo de sus actividades y llevar ante los tribunales las que no se ajusten a la legalidad.
Toni Roderic es Presidente de Los Verdes.
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