Los Verdes hemos recogido el testigo del pacifismo como método de lucha rebelde de personas como Gandhi y Petra Kelly y la de todos aquellos que ponen por delante la lucha contra las guerras, contra todas las guerras porque no hay guerras justas, el respeto y la compasión por el otro…
Esta semana se cumplen 71 años del bombardeo nuclear genocida de Hiroshima y Nagasaki, ordenado por el presidente de los Estados Unidos Harry S. Truman. Los
ataques se efectuaron el 6 y el 9 de agosto de 1945 y causaron la
muerte de 246000 personas, civiles en su gran mayoría. Toda una
demostración al mundo del destino que les esperaba a aquellos países que
osaran oponerse a los intereses estadounidenses.
Para que os podáis hacer una idea de las justificaciones morales que
llevaron al presidente de los EEUU a ordenar esta masacre de personas,
unas horas después de lanzar la primera bomba se dirigió a los
ciudadanos de su país diciendo: “Los japoneses comenzaron la
guerra desde el aire en Pearl Harbor. Ahora les hemos devuelto el golpe
multiplicado. Con esta bomba hemos añadido un nuevo y revolucionario
incremento en destrucción a fin de aumentar el creciente poder de
nuestras fuerzas armadas. […] Ahora estamos preparados para arrasar más
rápida y completamente toda la fuerza productiva japonesa que se
encuentre en cualquier ciudad. Vamos a destruir sus muelles, sus
fábricas y sus comunicaciones. […] Si no aceptan nuestras condiciones
pueden esperar una lluvia de destrucción desde el aire como la que nunca
se ha visto en esta tierra.”
Según los testimonios de quienes presenciaron la devastación, los
sobrevivientes de la explosión parecían fantasmas que deambulaban entre
cenizas y humo. Fantasmas sin pelo, pues se les quemó en la explosión, o
fantasmas ciegos, que lo último que vieron fue el resplandor nuclear.
La gran mayoría de los habitantes de Hiroshima y Nagasaki
estuvieron expuestos a la lluvia radioactiva y las consecuencias de
esta exposición sobre sus cuerpos no fueron perceptibles de inmediato,
en muchos casos pasaron días, meses y hasta años antes de que se
manifestaran los síntomas del daño. El efecto psicológico inmediato a la
destrucción fue la parálisis. La población entró en una especie de
inacción. La limpieza de las ciudades o la recuperación de los cadáveres
no se organizó hasta algunas semanas después de la explosión. Otro de
los efectos que causó el bombardeo nuclear fue el terror constante:
bastaba la incursión de un solo avión en el cielo para provocar el
pánico colectivo.
Los Verdes hemos recogido el testigo del pacifismo como método de lucha rebelde de personas como Gandhi y Petra Kelly
y la de todos aquellos que ponen por delante la lucha contra las
guerras, contra todas las guerras porque no hay guerras justas, el
respeto y la compasión por el otro…
Desde esta perspectiva, Los Verdes debemos apostar
por una nueva cultura pacifista de la resolución de conflictos. Sin
prejuicios, sin estereotipos, sin apriorismos: ninguno de ellos podrá
solucionarse sin la paz como premisa. La negociación sin exigencias de
ninguna clase, con el respeto estricto a los Derechos Humanos. Los
ciudadanos y las ciudadanas por encima y por delante de cualquier otra
consideración.
Los Verdes planteamos la solución de cualquier
conflicto utilizando paradigmas al margen de los utilizados –y que se
plantean muchas veces como irresolubles- de fronteras, estados,
nacionalismos, pueblos…
La no-violencia, la ternura y la paz, en la resolución de conflictos,
nos obliga a destacar los derechos humanos por delante de cualquier
otra consideración. Hay que darle la mayor de las oportunidades a la
paz, a las personas y a la no-violencia en la resolución de conflictos.
Ningún sufrimiento, ninguna muerte puede justificarse en beneficio de
nada. El fin no justifica ningún medio.
Por eso, y en este terrible aniversario de una masacre de personas
por un bombardeo nuclear, tenemos que gritar bien fuerte y rebelarnos
contra la guerra y comprometernos radicalmente por la paz, sabiendo por
qué se producen las guerras, a quién benefician y que ideología las
sustentan.
¡Nunca más! Paz para siempre y para todos y todas.
Per Toni Roderic, President de Los Verdes.
Crònica agraeix a l'autor que compartisca les seues opinions amb els nostres lectors
Vinculat
des de molt jove a la CNT i a diversos moviments d'esquerra, és
militant dels Verds des de finals del segle passat. Ha sigut regidor a
Dénia, President dels Verds del País Valencià i, actualment, President
de la Federació de Los Verdes.
Filòleg
i escriptor, ha exercit el seu magisteri en diverses escoles i
instituts del País Valencià i de Catalunya, així com també en la
Universitat Nacional d'Educació a Distància i en l'Institut de Ciències
de l'Educació de les Universitats de València i Alacant. Ha sigut
Inspector Educatiu i Director Territorial de Cultura a Alacant.
Premi
XXV d’Abril a Benissa amb un llibre de contes, Premie Educació i
Societat del Ministeri d'Educació pel seu llibre de text A *debat, ha
publicat una trentena llarga de llibres de text per a l'ensenyament del
valencià, llibres de cuina tradicional valenciana i innombrables
col·laboracions periodístiques.
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