Con
motivo de las charlas taller que he de impartir por distintos municipios de la
provincia, comenzando en La Pobla de
Vallbona, el próximo lunes 3 de octubre a las 10:30 h. en el Centro Social,
os dejo estas palabras, claves para comprender las circunstancias que envuelven
a las personas de avanzada edad en relación con la sexualidad.
La
actividad sexual en edades avanzadas, beneficia la salud: “los médicos deberían
prescribirlo como una medicina más. Los buenos ratos favorecen el bienestar
general. El cerebro libera una serie de sustancias químicas que propician ese
bienestar. El orgasmo también es bueno para el sistema cardiaco, para el
sistema respiratorio, para el sistema nervioso. Tener relaciones es un buen
ejercicio que tonifica la musculatura.
Pero
esto sucede así, sólo si la actividad sexual se realiza de forma satisfactoria,
con placer y motivación personal- El hacerlo de forma forzada o con desgana,
por el mero interés de intentar satisfacer a la otra persona. Sólo genera
malestar, frustración y propicia los trastornos emocionales.
Una
vida sexual activa y satisfactoria es un buen síntoma de salud y bienestar. El
impedir o coartar esta capacidad no hace sino aumentar el sufrimiento y la
soledad a las que ya de por sí, nuestra sociedad competitiva tiende a condenar
a las personas mayores, acelerando el proceso de envejecimiento. Una actitud
negativa hacia la sexualidad favorece el desinterés por esta, la reducción de
la actividad sexual y la insatisfacción sexual en todas las edades, pero muy
especialmente en la vejez. En general puede decirse que una historia sexual
rica en actividad sexual satisfactoria y permanente a lo largo del tiempo, se
asocia a una vida sexual más rica y satisfactoria en la vejez.
Aun
más frecuente es la pérdida del interés sexual resultante de los problemas de
la relación o comunicación de la pareja, lo cual puede suceder en cualquier
etapa de la vida. Las luchas por el poder dentro de la pareja y los
sentimientos de minusvalía, así como la sensación de no ser respetado ni
escuchado por el compañero culminan en resentimiento e ira. A medida que estos
sentimientos aumentan, el interés sexual tiende a disminuir.
Aunque
las circunstancias físicas propias de la edad, limiten la sexualidad en cuanto
a cantidad o intensidad, ninguna dificultad impide el placer sexual pleno. El
placer subjetivo de la respuesta orgásmica no tiene por qué disminuir.
Algunas
de estas aparentes limitaciones fisiológicas pueden convertirse en una ventaja
para la relación sexual, como es el caso de la mayor lentitud en todo el
proceso de excitación y el mayor control sobre la eyaculación. En efecto, estas
características de la sexualidad en la vejez ayudan a que ambos miembros tengan
relaciones más lentas, y más centradas en las caricias mutuas y la
comunicación. La mayor lentitud de todos los procesos de excitación hace
también posible el que hombres y mujeres mayores disfruten con tranquilidad de
la sexualidad. Esta es una época donde se puede dar rienda suelta a la
imaginación y disfrutar de los juegos sexuales.
Podríamos
considerar que la sexualidad y la afectividad pueden mantenerse durante la
vejez y que la satisfacción sexual no tiene porque disminuir. Incluso se
informa, en ocasiones, de una mejoría de este tipo de vivencias con la edad. La
satisfacción sexual general no está en relación directa con el número de
coitos, ni con la capacidad eréctil del varón, sino con la calidad de las
relaciones en que contextualiza la actividad sexual y la cualidad de esta
actividad. La calidad del contexto y la cualidad de la actividad sexual puede
ser tan satisfactoria en la vejez como en la juventud.
Las
personas mayores necesitan satisfacer tanto sus necesidades sexuales como
afectivas. Tanto el hombre como la mujer están capacitados para mantener una
vida sexual y llegar al orgasmo, pero la imposibilidad de realizar el coito en
muchas ocasiones, les hace buscar otras conductas alternativas, pero igual de
satisfactorias, tal como la comunicación y el placer sexual, no necesariamente
asociado a la actividad coital.
Practicad
el sexo juntos, o individualmente por medio del autoplacer, al menos una vez
por semana. Esto mejorará el flujo sanguíneo en tus órganos sexuales y los
mantendrá saludables y fuertes, además de poner a punto tus hormonas. Tocaos
con frecuencia. El afecto amoroso produce la hormona oxitocina y gracias a ella
nos sentimos mejor de inmediato.
Pero
nuevamente cave recordad, que el sexo es algo que uno ha de desear y que por
supuesto no se ha de practicar por obligación, ni porque los expertos digan que
es saludable, pues sólo será saludable si se hace con auténtica apetencia.
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