Francisco Correa ha testificado en el juicio que se sigue
contra él que la gran obra pública del gobierno de Aznar escondía
comisiones del 3% para el PP. Se refiere en particular a “carreteras, autopistas y obras del AVE”, el
símbolo del progreso de aquellos tiempos en los que se nos decía:
“España va bien”. Correa no podía adjudicar obras por sí mismo. Como
escribe Ignacio Escolar, “en la cadena de la gran corrupción, los
principales eslabones son dos: el constructor que paga y el político corrupto que adjudica. Y ni Correa ni Bárcenas fueron ninguno de esos dos”.
La abundante documentación disponible permite saber que,
además, buena parte de esas infraestructuras –las radiales de Madrid en
cabeza– sobredimensionaron sus estudios de viabilidad y que los
contratos se firmaron con cláusulas que favorecían a las empresas. De
ahí que haya que rescatar también las autopistas que sufrieron un
importante agujero en pérdidas.
De confirmarse el testimonio del conseguidor de la
Gürtel, Francisco Correa, se habría cobrado “mordidas” por la
adjudicación de algunas autopistas. Y está probado que se erró en los
cálculos y se estipuló que, en la práctica, las pérdidas acabaran siendo
pagadas con dinero público.
Un poco de historia:
Corría el año 2001 cuando al PP le entró la fiebre
constructora con Francisco Álvarez Cascos recién llegado a Fomento desde
la vicepresidencia del primer Gobierno de Aznar. Correa lo ha exculpado,
sin embargo, explícitamente, y sin que la Fiscalía le preguntara por
ello. En aquellos días tan activos, el gobierno popular ya había
aprobado la liberalización absoluta del suelo –fruto de los desvelos de
Rodrigo Rato y el propio Aznar–, ya se inflaba con gozo la burbuja del
ladrillazo y además parecía haber algunos compromisos que solventar.
Mariano Rajoy formaba parte de ese gobierno: era ministro de Interior.
La R2 por ejemplo que une Madrid con Guadalajara, pasando
por Yebes, con una estación de AVE –que igualmente promovió el PP– a 8
kilómetros de la ciudad, sin conexión con Cercanías, y cuyo taxi sale
más caro que pagarlo desde Madrid. Yebes iba a ser un pulmón para la
capital, con una urbanización modelo edificada en terrenos vendidos por
familiares de Esperanza Aguirre. No lo ha sido.
Autopistas y AVE, la fórmula mágica que denuncia Correa
para el pago de comisiones dado el costo de las obras. España es el
segundo país del mundo con más kilómetros de AVE por habitante y el de
menor número de viajeros. Son infraestructuras caras. Para hacernos una
idea cada kilómetro del AVE entre Madrid y Barcelona costó 14,4 millones
de euros. Lo peor es que la factura final supuso un 31,4% más del
precio por el que se adjudicaron los trabajos, según el Tribunal de
Cuentas. La línea cuenta con 804 kilómetros.
Construidas en tiempo récord y con los habituales
sobrecostes que se dan en España, las autovías y radiales de la era
Aznar/Cascos fueron inauguradas con todo boato a partir de 2004. De pago
y con otras ofertas disponibles, los viajeros no acudieron.
El fiasco se veía venir. “Desde el Gobierno temen que, en
caso de bancarrota, la Administración acabe en el juzgado y tenga que
hacerse cargo en cualquier caso de la deuda. Hay argumentos legales para
ello: las concesiones se hicieron sobre cálculos de tráficos que jamás
se cumplieron, la ley del suelo de Aznar disparó los costes de
expropiación de los terrenos y las cuentas, por tanto, jamás salieron”,escribe Ignacio Escolar en 2012 .
En efecto, los estudios de viabilidad de Fomento fallaron tan estrepitosamente que registraron un 85% menos de tráfico del previsto.
De forma que incluso se incrementó la cifra de pérdidas calculada
inicialmente. Hablamos ahora de 4.600 millones de euros. El Estado está
obligado a pagar en caso de liquidación.
Las empresas constructoras y concesionarias del conjunto
de las autopistas quebradas son Acciona, ACS, Abertis, Cintra, Sacyr,
FCC, Ferrovial, OHL o Globalvía. Y además participaron en su día varias
cajas de ahorros: Caja Madrid, Unicaja, Cajamurcia o Cajamar.
En su declaración de este viernes Correa, por la razón
que sea, ha decidido poner nombres a algunas X. Correa acusa a OHL, ACS y
Dragados (esta última entró a formar parte de ACS en 2002). Es decir,
habla de los grupos controlados por Florentino Pérez (con la familia la March y los conocidos como los “Albertos”, Cortina y Alcocer) y el Marqués de Villar Mir. Ambos han anunciado querellas contra el procesado.
También cita Correa a los que, en sus palabras, habrían
cobrado las “mordidas” entregadas por las empresas. De “varios
ministerios” dice, mencionado a Fomento (Alvárez Cascos, aunque Correa
dice que no se refería a él con las siglas PAC) y Medio Ambiente, en
donde vuelve a aparecer referido en trama de corrupción Jaume Matas
hasta 2003. Le sustituyó a partir de entonces Elvira Rodríguez, que
pasaría ser en el gobierno de Rajoy presidenta de la Comisión Nacional
del Mercado de Valores, CNMV.
En estas revelaciones surtidas a gusto del encausado,
Correa obra en favor de sus objetivos particulares y su defensa. Da
algunas X; de ser ciertas, aún siguen faltando. Los datos de la regla de
tres están en la pizarra.
X de un tiempo con muchas obras, en muchos ámbitos y con
muchos Correa, como él mismo afirmó. Un tiempo enquistado en la vida
pública española, al que le salen valedores hasta debajo de las piedras
para cimentarlo. La gran X que entrega la principal condena a los
ciudadanos.
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