Celebramos el Día Internacional de la Madre Tierra para recordar que el planeta y sus ecosistemas nos dan la vida y el sustento.
Como cada año, el 22 de abril, Los Verdes celebramos el Día de la Tierra o, como sabiamente lo denominan muchos pueblos indígenas, el Día de la Madre Tierra.
Un día que, por decisión de las Naciones Unidas, se celebra en todo el
mundo tras comenzar a celebrarse en los Estados Unidos de América en
1970 y que ya se acerca a su 50 aniversario. El Día de la Tierra está organizado por la Earth Day Network,
cuya misión consiste en ampliar y diversificar el movimiento ambiental
en todo el mundo y movilizarlo eficazmente para construir un medio
ambiente saludable y sostenible, hacer frente al cambio climático y
proteger la Tierra para las generaciones futuras. Se calcula que más de
1.000 millones de personas participan en las actividades del Día de la Tierra cada año y se pretende que el Día de la Tierra 2020
sea el catalizador que galvanice una colaboración global sin paralelo.
Este día nos brinda la oportunidad de concienciar a todos los habitantes
del planeta acerca de los problemas que afectan a la Tierra y a las
diferentes formas de vida que en él se desarrollan.
Este año, en pro de la alfabetización ambiental y climática,
nos señala que la educación constituye los cimientos del progreso.
Necesitamos que la ciudadanía mundial conozca los conceptos sobre el cambio climático y sea consciente de la amenaza sin precedentes para el planeta: “El conocimiento nos empoderará a todos y nos llevará a tomar medidas para defender el medio ambiente“.
Tenemos
muchas formas de hacer presente esta celebración, infinitas formas de
cooperar. En principio, no olvidar lo importante que es la utilización
de las energías renovables, de la energía limpia en lugar de utilizar
energía fósil o contaminante. Y, también, reconocer que nuestro planeta y
sus ecosistemas son el hogar de la humanidad y que si queremos
conseguir un justo equilibrio entre las necesidades económicas, sociales
y ambientales de las generaciones presentes y futuras es necesario
promover la armonía con la naturaleza.
En esta jornada es cuando
de alguna manera todos los países, instituciones y ciudadanos tomamos
conciencia de que tenemos que celebrar, pero sobre todo de que debemos
cuidar el planeta. Si nos preocupáramos más por compartir información
medioambiental, nos solidarizáramos con el reciclaje de envases, nos
comprometiéramos con el ahorro de agua, con la utilización de energías
limpias, conociéramos la lista de los animales en peligro de extinción,
sin duda contribuiríamos a mejorar lo que nos rodea y lo que dejaremos a
las futuras generaciones.
En esta movilización, año tras año, Los Verdes
pedimos a los Ayuntamientos -las administraciones más cercanas a la
gente, donde se pueden y se deben establecer nuevos mecanismos de
participación permanente de la ciudadanía- que se planifiquen las
ciudades, la distribución de los espacios públicos, el modelo de sus
barrios, sus zonas verdes y sus zonas forestales no urbanizables con un
especial respeto por los árboles y que en este intento tengan la
colaboración de los gobiernos autonómicos y del estado como un
ejemplarizante modelo de empoderamiento yde participación de las
ciudadanas en pro de la alfabetización ambiental y climática. Unos
municipios verdes y sostenibles se convierten en la mayor garantía para
cimentar un medio ambiente saludable, hacer frente al cambio climático y
proteger los espacios agrícolas y naturales de su alrededor, no solo
como pulmón verde sino para fomentar el consumo de productos naturales,
para fomentar la soberanía alimentaria, para actuar contra el mercado de
las multinacionales que mata la agricultura mediterránea y genera tanta
injusticia y contaminación en el mundo. Unos municipios verdes protegen
su patrimonio natural, sus bosques periféricos, sus marjales y
albuferas, sus lagunas y también su patrimonio cultural y antropológico,
sus señas de identidad como conjunto humano que vive y comparte una
historia local.
Hoy, en este Día de la Madre Tierra de 2017, Los Verdes renovamos nuestro compromiso con la Declaración de Río de 1992 y con el Acuerdo de Paris de 2015, y manifestamos públicamente nuestro compromiso en pro de la alfabetización ambiental y climática.
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