Hoy echa a andar el pacto de la vergüenza, que también es el pacto del autorretrato de la hidra aznarista. En nuestra mano está detenerlo en Despeñaperros.
Tras
unas semanas intentando regatear la realidad ayer Ciudadanos y Partido
Popular tuvieron que mostrar la evidencia. Ciudadanos acordó con Vox el
reparto de sillones en la Mesa del Parlamento de Andalucía (lo que
Ignacio Aguado llamaba "pasteleo de sillones" ¿verdad?) y ya está todo
en marcha. Se acabó la ficción.
El
gobierno que van a montar Ciudadanos y PP y que extenderán a toda
España si les dejamos incorpora a la normalidad política a un partido
que quiere recortar los derechos civiles (de las mujeres, de
homosexuales, de transexuales, de inmigrantes...), los derechos sociales
(mediante un vaciamiento de las arcas públicas) y los derechos
democráticos (cancelando nuestros autogobiernos, prohibiendo y
asfixiando tejido organizativo, acabando con la tímida memoria
democrática de España...).
Uno puede ser constitucionalista porque defienda el "Estado social y democrático de Derecho"
y en tal caso no puede ir con Vox ni a tomar una caña. O puede
definirse como constitucionalista porque se cree que ser
constitucionalista es darse golpes de pecho gritando Viva España y Viva
el Rey. En ese caso Ciudadanos y PP pueden ir con Vox a pasar una tarde
entera en la Maestranza. Pero eso no es constitucionalismo: eso es mero
nacionalismo autoritario, simple aznarismo envuelto con tres papeles de
regalo distintos.
Lo
que no pueden hacer ya más PP y Ciudadanos es contarnos milongas sobre
europeísmo, centrismo, liberalismo... PP, Ciudadanos y Vox son caras
distintas de una derecha anómala en Europa. No les va a ser fácil
explicar a Macron o a Merkel la alianza con los ultras. Ni siquiera lo
va a comprender con sencillez Manuel Valls. Sí lo comprende Inés
Arrimadas, que al parecer estaba indignada con que Ciudadanos dialogase con Adelante Andalucía
(como si esta formación pretendiese recortar derecho alguno en vez de
expandirlos todos) pero ahora aplaudirá entusiasta la alianza con los
ultras.
Hoy
echa a andar el pacto de la vergüenza, que también es el pacto del
autorretrato de la hidra aznarista. En nuestra mano está detenerlo en
Despeñaperros.
(*) Hugo Martínez Abarca es diputado de Podemos en la Asamblea de Madrid y autor del blog Quien mucho abarca.
* Crónica agradece al autor que comparta sus opiniones- desde nuestros orígenes- también con nuestros lectores.
* Creative Commons
Casado, Abascal y Rivera |
Cap comentari: