A casi año y medio de gobierno del PP, Rajoy sigue erre que erre, con su mayoría absoluta, incapacitado para reconducir la situación económica y social por la que atraviesa España. Tras conocerse la terrorífica cifra de 6.200.000 parados, según la EPA, todo lo que se le ocurre decir es que debemos tener paciencia. Así se ha expresado también el ministro alemán de Economía en su visita a Granada. Las loas alemanas parecen dar cuerda a Rajoy, sin ser capaz de percatarse de que su política, ante la presión alemana, lleva camino de transformarnos de un país de la periferia europea en un país tercermundista. Bien está que no pretendamos salir del euro y de lo poco que, desgraciadamente, aún represente de bueno la UE, pero de ahí a tragar carros y carretas en una actitud tan servil, va un abismo.
Cierto es que España necesita de Europa, forma parte de ella; pero Europa, y sobre todo Alemania, también la necesitan para seguir vendiendo sus productos, dominar nuestro mercado y, si se les deja, también la poca industria que nos resta. Es decir, podemos convertirnos en una simple y mera colonia económica alemana. Así, pues, cuando el presidente del Gobierno pide paciencia hay que preguntarse: ¿para qué?, ¿hasta cuándo?, ¿qué perspectivas de futuro se vislumbran en el panorama económico y financiero de todo el Estado?, ¿qué programa económico financiero ofrece para salir del atolladero actual, que no consista en más reducciones de derechos, más recortes en la enseñanza, en la sanidad, en los servicios sociales, en más paro?
A pesar de la mayoría electoral absoluta que ostenta, la imagen de debilidad a la hora de afrontar los tremendos problemas a los que se ha visto abocado este país hacen a Rajoy y a su gobierno candidato indiscutible a su recambio. Y en este sentido ya se oyen voces muy poderosas en los medios de comunicación próximos al poder. Sin embargo, lo que se necesita es crear una sólida oposición mediante la integración de las dispersas e incluso antagónicas fuerzas políticas de carácter progresista para exigir la convocatoria de elecciones y la creación de un gobierno de concentración del conjunto de estas fuerzas, a fin de poner fin a esta locura neoliberal que amenaza con acabar con cuanto se ha logrado en las últimas décadas con tan enorme sacrificio. Ha llegado la hora de decir basta. Hay que pasar de la indignación a la acción conjunta democrática de todos los perjudicados por la nefasta política del PP, sobre la base de los derechos contenidos en la Constitución, obviando la monarquía, que por naturaleza se extinguirá tras Juan Carlos I. El pacto contra el paro sería una alternativa, pero no va a ser posible con Rajoy.
* Jesús León es abogado, ex diputado provincial de Esquerra Unida
* Crónica agradece al autor su decisión de compartir sus opiniones con nuestros lectores
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