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El 'freno al endeudamiento': sentido y disparate de una nueva norma constitucional por Manuel Kellner (Linke)



Hay que decir que el 'freno al endeudamiento' se incorporó a la Grundgesetz, la constitución alemana, el 29 de mayo de 2009, por lo que en realidad esta norma no es "nueva". Volvió a entrar en vigor el 1º de enero de 2011. Sin embargo, por otro lado, las enmiendas constitucionales no son moneda corriente en Alemania, no en vano cualquier cambio requiere una mayoría de dos tercios del Bundestag, el parlamento federal. Se trata, por tanto, de una medida que el sistema político en su conjunto considera importante. En efecto, los cristiano-conservadores de la CDU/CSU, los liberales del FDP, los socialdemócratas del SPD y los Verdes votaron en bloque, con la única oposición de Die Linke (La Izquierda), a favor de la inclusión de la norma en el artículo 109 de la Grundgesetz. Posteriormente, las mismas fuerzas políticas incorporaron una norma análoga a las constituciones de los diferentes länder (Estados federados).

La nueva disposición se introdujo en respuesta a la crisis de 2008-2009, que había comportado un aumento significativo de la deuda de los Estados. Al amparo de esa norma, los pactos fiscales de la Unión Europea (UE) pretenden imponer una férrea disciplina presupuestaria a todos los países miembros. El objetivo, no solo proclamado, sino elevado a la categoría de dogma jurídico, consiste en llegar a establecer presupuestos estatales sin déficit y de este modo ir reduciendo el endeudamiento público a cero. Conviene saber que antes de la instauración del "freno al endeudamiento" en la Constitución, los distintos niveles de la administración pública alemana ya tenían prohibido endeudarse excesivamente. Existían normas restrictivas, aunque era posible obviarlas si ello podía justificarse por la presencia de "desequilibrios económicos".
Para demostrar la existencia de estos "desequilibrios económicos" había que presentar dictámenes, cuyos criterios, sin embargo, eran bastante inconcretos. En efecto, un experto podía ver un "desequilibrio económico" en el hecho de que hubiera un paro masivo que justificara unos gastos públicos superiores incluso a los límites normativos del endeudamiento con el fin de reducir el desempleo, mientras que otro podía considerar "normal" el mismo nivel de paro y que por tanto no justificaba la superación de esos límites. Al final, eran los tribunales los que zanjaban la cuestión caso por caso, en función de la opinión del juez de turno.

Uno de los aspectos nuevos del "freno al endeudamiento" consiste en una formulación mucho más restrictiva de los casos en que se admiten excepciones a la regla, y esta formalización está estrechamente asociada a las instituciones de la UE. Desde el 1 de enero de 2011, el Estado federal alemán ya no puede presupuestar un déficit anual (nueva deuda) superior al 0,35% du PIB nominal hasta finales del año 1015, y los länder deben reducir su déficit fiscal a cero hasta finales del año 2019. Sin embargo, existe de todos modos un componente vinculado a la coyuntura económica para permitir una política adecuada en los tiempos de vacas flacas. El método para juzgarlo lo elabora el grupo de trabajo de "Lagunas de producción" (Produktionslücken) de la Comisión de Política Económica de la UE en colaboración con la Dirección General de Economía y Finanzas de la Comisión Europea. Se puede acceder a los programas informáticos aplicados en https://circabc.europa.eu. Las evaluaciones y los datos en que se basan estas evaluaciones por parte del gobierno federal para Alemania también se publican regularmente en la página web del ministerio federal de Hacienda alemán en relación con las previsiones económicas, y normalmente a finales de los meses de enero, abril y octubre. (http://www.bundesfinanzministerium.de/Content/DE/Standardartikel/Themen/Oeffentliche_ Finanzen/Wirtschafts_und_Finanzdaten/Produkionspotential-und-Konjunkturkomponenten.html)
Desde que se introdujo el "freno al endeudamiento" existe en Alemania una controversia sobre el tema. Ni que decir tiene que los representantes de los partidos establecidos (salvo Die Linke) argumentan a favor de esta norma, del mismo modo que la gran mayoría de profesores universitarios de Economía, que tienen convicciones neoliberales. Los grandes medios, por supuesto, también se pronuncian a favor y repiten el consabido "argumento" TINA (There Is No Alternative, no hay alternativa). Su tesis principal es que sin el freno al endeudamiento el Estado perdería toda su capacidad de actuar. Así es como el ex ministro de Hacienda, Peer Steinbrück, defendió la disposición en el Bundestag el 5 de mayo de 2009: "Sin el freno al endeudamiento, el Estado, confrontado con enormes compromisos, perdería toda su capacidad de actuar. Un Estado capaz de actuar necesita unas finanzas públicas saneadas".
Los profesores neoliberales Olaf Sievert, Lars P. Feld y Johann Eekhoff esgrimieron el fantasma del destino que espera a los países económicamente más débiles de Europa, en los que la mayoría de la población es víctima de feroces planes de austeridad impuestos por la Troika: "Las quiebras de Estado y la inflación han marcado la historia económica. El Estado tiene que fijarse unos límites… Si Alemania no quiere acabar como Grecia, no tiene más remedio que aplicar el freno al endeudamiento".
Únicamente una minoría de profesores de Economía keynesianos, como Peter Bofinger/1, y algunos portavoces de sindicatos asociados al DGB, de Attac y de ciertas iglesias cristianas se manifestaron en contra de este tipo de medidas, aunque acepten el objetivo de unas finanzas públicas saneadas/2. Dijeron que es precisamente el "freno al endeudamiento" el que mina la capacidad del Estado de estabilizar los datos económicos. Por ejemplo, el presidente de la GEW (el sindicato de educación y ciencia) del land de Hesse, Jochen Nagel, dijo: "El freno al endeudamiento lo promueven incendiarios que se las dan de bomberos con el fin de destruir, con el agua destinada a apagar el incendio, lo que queda de la casa inundada". La casa es el Estado social y democrático capaz de actuar. Para él, el Estado debe seguir siendo capaz de paliar las consecuencias de las crisis económicas para los asalariados y los que se quedan sin ingresos. El presidente del sindicato del sector servicios Ver.di, Frank Bsirske, precisó: "Lo que se nos presenta como freno al endeudamiento no es otra cosa, si se mira más de cerca, que un freno a la inversión y al crecimiento".
La lista de declaraciones de este estilo es interminable. Son afirmaciones que caen bien en el sentido de que son contrarias al consenso general de las políticas gubernamentales y de la lógica neoliberal adoptadas desde hace tiempo por el social-liberalismo socialdemócrata. Sin embargo, es un tipo de protesta que no es capaz de movilizar masivamente a la población contra la política al servicio del gran capital porque no abandona en absoluto la lógica del sistema capitalista y no formula propuestas de lucha contra esa lógica partiendo de reivindicaciones transitorias. En efecto, el motivo principal del endeudamiento público son los regalos fiscales al gran capital y los rescates bancarios, que han costado muchos miles de millones. Por tanto, el eje de la resistencia popular a las políticas de austeridad no puede centrarse en el "derecho" de las distintas administraciones públicas a endeudarse a voluntad, sino que hace falta poner los bancos y los grandes medios de producción al servicio de la sociedad y someterlos al control de los trabajadores y consumidores.
En el régimen capitalista no es posible regularizar el mecanismo de endeudamiento público devolviendo los préstamos obtenidos en tiempos de recesión con cargo a las ganancias fiscales logradas en épocas de relanzamiento económico. Esta idea se basa en una simetría fantasmagórica que no refleja la realidad de las crisis capitalistas. Es querer planificar una economía de mercado que precisamente no se puede planificar. La experiencia histórica demuestra que todos los intentos de planificar el mecanismo de endeudamiento público han fracasado en el sistema capitalista, tanto en EE UU como en Alemania, donde tras la recesión de 1966-1967 se anularon los frenos al endeudamiento existentes con el fin de relanzar la economía. Las normas de Maastricht de la UE en 1993, según las cuales el déficit fiscal (es decir, el nuevo endeudamiento) no puede rebasar el 3 % del PIB y la deuda acumulada tiene un tope máximo del 60 % del PIB, no llegaron a imponerse. Pero si un Estado, en el sistema actual, ya no puede procurarse créditos en los mercados financieros, se verá forzado a aplicar una austeridad brutal y a una férrea disciplina presupuestaria aunque no existan normas jurídicas, salvo que se salga del sistema, cosa que solo es posible si se apoya en la solidaridad activa de las masas populares en el plano nacional e internacional.
Así, el "freno al endeudamiento" no es otra cosa que una medida suplementaria para imponer mejor brutales medidas de austeridad a los trabajadores y los desempleados, a fin de reforzar todavía más la tendencia al empobrecimiento público como condición del creciente enriquecimiento privado de una ínfima minoría de la población de las sociedades contemporáneas. De hecho, los argumentos relativos al endeudamiento público y destinados a confundir al público se reducen a una grosera tautología: nos dicen que las deudas públicas son préstamos con cargo a las generaciones futuras. Esto a todas luces no es cierto. Con más razón todavía habría que decir que las devastaciones causadas en la base natural de supervivencia del género humano por el modo de producción capitalista corren a cargo de las generaciones futuras, incluso de nuestras hijas y nuestros nietos. Cuando hay deuda, hay acreedores, y viceversa. Es una operación de suma y resta cuyo resultado equivale a cero. Hoy como mañana, las cuestiones asociadas a la deuda pública se reducen a la cuestión de la distribución de la riqueza. Karl Marx ya respondió al problema: la solución pasa por la expropiación de los expropiadores.

*Manuel Kellner es miembro de la isl (internationale sozialistische linke, izquierda socialista internacional), una de las dos organizaciones de la IV Internacional en Alemania, y redactor de SoZ – Sozialistische Zeitung (periódico socialista).


Manuel Kellner

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