Aunque sólo fuera por humanidad, las medicinas para los enfermos de hepatitis C –para todos en general- debieran estar a disposición de los enfermos y más cuando los médicos así lo deciden.
Aunque sólo fuera porque tienen derecho, porque la Sanidad es de todos y la pagamos entre todos, las medicinas para los enfermos de hepatitis C debieran estar a disposición de los enfermos.
Aunque sólo fuera para cumplir las promesas de la ministra Mato y del presidente del Gobierno, Rajoy, las medicinas para los enfermos de hepatitis C debieran estar a disposición de los enfermos.
Aunque sólo fuera –en un gobierno de cristianos beatos- para cumplir los Mandamientos, sobre todo el quinto que dice “No matarás”, las medicinas para los enfermos de hepatitis C debieran estar a disposición de los enfermos.
Pero es que, además, si Rajoy y el Gobierno están presumiendo y dando lecciones al mundo sobre la marcha de la economía, ¿cómo es que no dan ejemplo poniendo a disposición de los enfermos de hepatitis C las medicinas que necesitan?
En este contexto, de un gobierno insensible, que no hace nada para parar la muerte diaria de conciudadanos, Rajoy cambia al ministro responsable y, en un alarde de irresponsabilidad, lo primero que hace es desautorizar al coordinador del Comité de Técnicos, el doctor Joan Rodés, que ha defendido la creación de una partida económica (como ha hecho Francia o Alemania, que han destinado un fondo inicial de 700 millones de euros, y con menos de la mitad de los enfermos que hay en España) para hacer frente a la crisis de la hepatitis C. El ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, ha rechazado la creación de este fondo para hacer frente a esta crisis de la hepatitis C y ha aplazado una solución, en principio, hasta el mes de marzo.
El ministro, en el colmo de una actuación inhumana, cruel y despiadada, tras preguntarse “para qué” o “para quiénes” crear el fondo económico que piden los afectados para garantizar el acceso a la medicación, dijo que en este momento adoptar una medida así es algo que “no tiene sentido”.
Si no estaba claro ya por tantas y tantas cosas, la genuflexión del gobierno a las farmacéuticas, a los bancos, a las energéticas, al sistema financiero –que son los que les garantizan las puertas giratorias entre otras muchas cosas- es de tal magnitud que llegan a sacrificar a sus conciudadanos por favorecerlas.
Tamaño desatino desalmado y sádico no lo podemos tolerar por más tiempo. Alonso debe irse de inmediato y, entre todos, de verdad, empujar todo lo fuerte que podamos para que esta estaca podrida y corrupta desaparezca de nuestra vida.
Aunque sólo fuera porque tienen derecho, porque la Sanidad es de todos y la pagamos entre todos, las medicinas para los enfermos de hepatitis C debieran estar a disposición de los enfermos.
Aunque sólo fuera para cumplir las promesas de la ministra Mato y del presidente del Gobierno, Rajoy, las medicinas para los enfermos de hepatitis C debieran estar a disposición de los enfermos.
Aunque sólo fuera –en un gobierno de cristianos beatos- para cumplir los Mandamientos, sobre todo el quinto que dice “No matarás”, las medicinas para los enfermos de hepatitis C debieran estar a disposición de los enfermos.
Pero es que, además, si Rajoy y el Gobierno están presumiendo y dando lecciones al mundo sobre la marcha de la economía, ¿cómo es que no dan ejemplo poniendo a disposición de los enfermos de hepatitis C las medicinas que necesitan?
En este contexto, de un gobierno insensible, que no hace nada para parar la muerte diaria de conciudadanos, Rajoy cambia al ministro responsable y, en un alarde de irresponsabilidad, lo primero que hace es desautorizar al coordinador del Comité de Técnicos, el doctor Joan Rodés, que ha defendido la creación de una partida económica (como ha hecho Francia o Alemania, que han destinado un fondo inicial de 700 millones de euros, y con menos de la mitad de los enfermos que hay en España) para hacer frente a la crisis de la hepatitis C. El ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, ha rechazado la creación de este fondo para hacer frente a esta crisis de la hepatitis C y ha aplazado una solución, en principio, hasta el mes de marzo.
El ministro, en el colmo de una actuación inhumana, cruel y despiadada, tras preguntarse “para qué” o “para quiénes” crear el fondo económico que piden los afectados para garantizar el acceso a la medicación, dijo que en este momento adoptar una medida así es algo que “no tiene sentido”.
Si no estaba claro ya por tantas y tantas cosas, la genuflexión del gobierno a las farmacéuticas, a los bancos, a las energéticas, al sistema financiero –que son los que les garantizan las puertas giratorias entre otras muchas cosas- es de tal magnitud que llegan a sacrificar a sus conciudadanos por favorecerlas.
Tamaño desatino desalmado y sádico no lo podemos tolerar por más tiempo. Alonso debe irse de inmediato y, entre todos, de verdad, empujar todo lo fuerte que podamos para que esta estaca podrida y corrupta desaparezca de nuestra vida.
Por Toni Roderic, Presidente de Los Verdes
* Crónica agradece al autor que comparta sus opiniones con nuestros lectores
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