Hoy, 27 de septiembre, se cumplen 40 años de los últimos fusilamientos del franquismo. Tras un "consejo de guerra", José Humberto Baena, José Luís Sánchez Bravo, Ramón García Sanz, Juan Pardes Manot "Txiki" y Ángel Otaegui fueron ejecutados por el régimen franquista.
De aquel Consejo de Ministros que firmó la ejecución, aún quedan dos exministros vivos: Utrera Molina y Fernando Suárez -de los que ha sido pedida su extradición por la jueza argentina María Servini como responsables de crímenes cometidos durante la dictadura franquista.
Independientemente de que los encausados -cuatro de ellos veinteañeros- hubieran sido o no responsables de los hechos juzgados, la realidad histórica es que fueron ejecutados sin un juicio justo, por la jurisdicción militar, con abundantes irregularidades, sin garantía ni pruebas contra los detenidos, con abogados que apenas pudieron trabajar, con torturas sistemáticas y con una clara intención vengativa por parte de un Franco que estaba enfermo y próximo a la muerte. Fueron los últimos estertores de un régimen dictatorial y sanguinario.
Nadie ha pagado por estos crímenes. Es más, los responsables vivos, altos cargos y/o responsables de torturas -hasta 17 han sido reclamados por la jueza Servini– tienen la protección del gobierno español del PP para continuar impunes.
Conviene recordar estos hechos, poco y mal conocidos y presentes en la política española, para que no se nos olvide a la hora de juzgar comportamientos y acciones de aquellos que no condenan la política franquista y que incluso la exaltan y la justifican en votaciones o actos en diversos municipios gobernados por el PP. Franco morirá matando. Dictadura hasta el final.
* Toni Roderic es Presidente de Los Verdes
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