El lunes pasado se publicó un artículo de Peter Singer a
favor de la prostitución. El artículo iba de eso, de estar a favor de
la prostitución, aunque, como ocurre tantas veces, dicho estar a favor
de la prostitución se enmascarase en estar a favor de que las
trabajadoras sexuales tengan más derechos, ¿quién puede estar en contra?
Y como pasa siempre también, se puede decir cualquier cosa acerca de la
prostitución, aunque sean mentiras, medias verdades o tonterías, que
pasarán por ser cosas muy sesudas y pensadas a las que ese progresismo
proprostitución se adherirá sin pensar; encantados ellos de que se pueda
estar a favor de la prostitución y seguir pensándose como feminista o
de izquierdas.
Analicemos este párrafo: En especies
que tienen reproducción sexual, el sexo es, por obvias razones, uno de
los deseos más fuertes y ubicuos. Los seres humanos no son la excepción.
En toda sociedad moderna, las personas entregan dinero u otros
elementos valiosos a cambio de cosas que desean y no pueden obtener de
otro modo. Por diversos motivos, muchas personas no pueden obtener sexo,
o suficiente sexo, o el tipo de sexo que desean, libremente.
Que sea un deseo fuerte no lo convierte en un derecho. Y eso mismo lo
podíamos hacer extensivo a otros deseos o necesidades, pero no voy a
entrar en la razón neoliberal que convierte cualquier deseo individual
en un derecho al que se puede acceder por precio. Pero sí quiero entrar
en que no son los seres humanos los que compran sexo porque tienen
deseos fuertes y ubicuos, son los seres humanos hombres.
¿Las mujeres no tenemos deseos sexuales fuertes y ubicuos? Resulta que
sí los tenemos, pero que eso no nos da derecho a comprar sexo, porque
comprar sexo es, en realidad, un privilegio sexual masculino. Escribir
un artículo sobre prostitución y no hablar de que es una actividad
absolutamente generizada, en la que las mujeres son la mercancía y los
hombres los que compran, descalifica el artículo. El autor se empeña en
hablar de “personas” y ni una sola vez, ni una sola, habla de mujeres y
hombres.
Porque si es una actividad generizada es de
eso de lo que hay que hablar en primer lugar. Preguntarse por qué los
hombres compran sexo, por qué hay millones de mujeres en el mundo
dispuestas u obligadas a venderlo pero, sobre todo, qué consecuencias
tiene la existencia de ese mercado en las relaciones de género. Este
artículo no permite extenderse en dichas consecuencias pero de manera
muy simple ayer en Podemos denunciábamos las consecuencias que tienen
los artículos sobre deportes, muy machistas, en dichas relaciones;
denunciamos también en Murcia que una empresa de transporte se anuncia
con una mujer desnuda y eso nos parece que incide negativamente en la
igualdad; nos parece también que el amor romántico apuntala relaciones
desiguales…
¿Y la prostitución no incide? ¿No tiene absolutamente ninguna
consecuencia para la igualdad el hecho de que un varón, por el hecho de
serlo, rico o pobre, europeo o asiático, de cualquier edad y condición,
sepa, desde que tiene uso de razón que por el hecho de ser varón goza
del privilegio de poder acceder por precio al cuerpo de una mujer? La
foto de una mujer desnuda en un camión, un artículo sobre deportes, son
perjudiciales para la igualdad y resulta que el privilegio masculino de
poder acceder por precio al cuerpo de una mujer…¿eso no incide en la
idea que los chicos se hacen de las relaciones igualitarias?
El artículo continúa diciendo que el estado debe abstenerse de
criminalizar las relaciones sexuales consentidas entre adultos. En
España la prostitución no está penalizada, por lo que regularla
significaría exactamente lo contrario de lo que el autor exige;
significaría que el Estado se inmiscuiría en las relaciones sexuales
entre adultos, sean por precio o no.
Muchas
trabajadoras sexuales no están por apoyar que el Estado favorezca aún
más a la industria del sexo, sino que piden al estado que las libere de
ella. El autor confunde sin parar legalizar, prohibir, regular,
penalizar, no sabe de qué habla. Esta entrevista con la líder de un colectivo trans
que lucha contra la regulación de la prostitución lo deja claro: fuera
el estado de nuestros cuerpos. Lo cual no tiene nada que ver con
penalizar.
Dice el autor también que una de las
razones de legalizar es evitar la corrupción policial. Miente. En España
la prostitución no es ilegal (es obvio, esa sí que es ubicua) y a pesar
de eso, la corrupción policial alrededor de la misma es grande y así lo
han denunciado los medios a menudo, igual que en otros países donde
está regulada. También dice que la prohibición del trabajo sexual vuelve
mucho más peligroso para quienes lo ejercen pedir ayuda a las
autoridades. De nuevo miente. En España la prostitución no es ilegal,
pero las mujeres, aun así, no denuncian a sus proxenetas. Y no lo hacen
porque, simplemente, no están protegidas.
En otros
países en los que se penaliza a los clientes, las mujeres pueden
denunciar sin temor a represalias. En realidad, las mujeres no denuncian
porque tienen miedo a ser expulsadas del país, porque suelen estar en
situación irregular en el país, y esto no tiene nada que ver con la
regulación de la prostitución que en ningún caso va a servir para
regular la situación de las mujeres en situación irregular. Las mujeres
denunciarían, independientemente de que la prostitución esté regulada o
no, si supieran que van a estar protegidas por el estado.
Por último es hora de abandonar prejuicios moralistas (sean por motivos
religiosos o una forma de feminismo idealista) y hacer lo mejor para
quienes ejercen el trabajo sexual y para la sociedad en su conjunto.
¿Para la sociedad en su conjunto? Si consideramos que la igualdad entre
hombres y mujeres es lo mejor para la sociedad en su conjunto, ¿puede
explicar alguien cómo la prostitución mejora a la sociedad en su
conjunto? ¿Cómo mejora la lucha por la igualdad entre mujeres y hombres?
En cuanto a la segunda parte: ¿Prejuicios moralistas? Por parte del feminismo, ninguno. ¿ Feminismo idealista?
¿Diríamos entonces Ecologismo idealista? ¿Socialismo idealista? ¿Todo
el que luche por una sociedad mejor es un idealista a descalificar?
¿Debemos conformarnos con lo que hay? En ese sentido y considerando que
vivimos en una sociedad patriarcal basada en la desigualdad, todas las
feministas somos idealistas, mal que le pese a Peter Singer
*
Beatriz Gimeno es Diputada de Podemos. Activista social y feminista por
la diversidad sexual y por los derechos de las personas con
discapacidad. Ha publicado dos libros de relatos, dos novelas, tres
ensayos y dos poemarios. Escribe habitualmente en elplural.com,
elciudadano.cl, pikaramagazine o eldiario.es, o público así como en
otros periódicos y revistas. Forma parte también del grupo Econonuestra.
* Crónica agradece que desde nuestros inicios haya permitido siempre compartir sus opiniones con nuestros lectores.
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