Ha llegado la hora de la votación a las ponencias y
candidaturas para la XI Asamblea de IU. ¡Al fin! ya que para quienes
constituimos e impulsamos ‘IUSiConMasFuerza’ no ha sido
un camino fácil, aunque sí muy estimulante al percibir hacia nuestra
posición una respuesta enormemente receptiva de los militantes. Los
datos nos hablan, hemos pasado del 19% de los avales para poder
presentar las ponencias, al 36,9 % de los mismos para la presentación de
la candidatura. Somos la única posición que ha crecido en este proceso y
lo hemos hecho gracias a que los militantes se ven identificados con
nuestra propuesta.
El proyecto en el que creemos se sustenta en un mensaje muy claro,
somos de izquierdas -de una izquierda transformadora- y defendemos los
intereses de la clase trabajadora y de las clases populares. Pues bien,
nuestro instrumento para llevarlo a cabo es Izquierda Unida. Todavía no
alcanzo a comprender con nitidez de dónde salió la pretendida certeza
que daba por finiquitado el ciclo útil de Izquierda Unida.
Para nosotros, para ‘IUSiConMasFuerza’, sigue siendo
absolutamente necesaria, no por un patriotismo de siglas del que
algunos nos acusan, sino por el profundo convencimiento de sabernos la
única fuerza rupturista, plenamente conscientes de que no se pueden
llevar a cabo otras políticas en el marco económico y social en el que
nos encontramos inmersos. Sentimos la necesidad vital e histórica de
romper con ese marco, salirnos del tablero que nos impone el capitalismo
(que es mucho más que el Ibex35). No, no hay capitalismo amable, ni con
rostro humano, el capitalismo es incompatible con la democracia y la
igualdad.
Y no nos sobra nadie. Al contrario, nos falta mucha gente, porque
aspirar a otro modelo de sociedad precisa de muchas manos, porque
construir un bloque social y político requiere de muchas alianzas -no
sólo electorales y puntuales-, requiere del movimiento obrero y sus
representantes, los sindicatos, de las organizaciones sociales y
vecinales, de los estudiantes y de tantos otros.
Porque conocemos esta sociedad compleja que queremos transformar,
nuestro convencimiento y nuestra conciencia nos llevan a trabajar por
fortalecer el proyecto en el que siempre hemos confiado y por el que se
han sacrificado miles de militantes durante los 30 años de su
existencia. Nuestra historia es un patrimonio vivo que mira cara a cara a
los retos que nos plantea el futuro y al nuevo sujeto político, sin
duda más complejo. Pero la respuesta a los nuevos retos no está en manos
del postmarxismo y una supuesta modernidad, no se decretan los cambios a
golpe de soflama o desde un plató de televisión.
Reconocemos nuestros errores, el más importante ha sido el
alejamiento de la militancia, una militancia de oro que se merece -nos
merecemos- una organización que revitalice las asambleas de base y que
promueva debates en profundidad. A nadie debiera molestar que la
discusión política, desde la lealtad, vuelva a estar en primer plano.
Queremos mirarnos a los ojos y reconocernos y oír nuestras voces,
necesitamos sentirnos, vivos y animados.
¡Ah! Muy importante, queremos recuperar la toma de decisiones
colectiva, también con las federaciones y terminar con la uniformidad.
Queremos crecer, sí, pero desde la pluralidad.
Hemos nacido en un periodo complejo mecidos por las dificultades y
eso nos ha dotado del coraje y la resistencia necesarias para afrontar
desafíos importantes. Nada finaliza el 5 de junio, día de cierre de la
XI Asamblea, al contrario, nos abrimos a la enorme tarea que toca
desplegar en la calle y en las instituciones, donde siempre hemos estado
y donde nos hemos ganado el respeto y la admiración de tanta gente que
ha confiado en nosotros.
Y también toca arremangarse a partir del 5 de junio dentro de IU. No
vamos a malgastar ni un minuto en estériles batallas internas, vamos a
trabajar por una IU cada día más fuerte, soberana y plural.
Vamos a
trabajar por una IU que percibimos necesaria, con el objetivo de crecer y
ser muchos, porque ahí afuera al otro lado del espejo, nos espera el
verdadero enemigo.
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